Sin ànimo de parecer aguafiestas, pero es que creo que los aguafiestas han sido otros, lamento decir que el acuerdo europeo de este puente de Diciembre no me gusta nada.
Y os dirè por què no me gusta de una forma sencilla y simple. Creo que la UE ha abrazado con este acuerdo la senda de la austeridad frente a la del crecimiento para salir de la crisis. Ha adoptado un camino donde prima la reducciòn del dèficit pùblico, tambièn de la deuda pùblica de los Estados, porque, y lo veremos en 2012, vamos a inyectar recursos monetarios màs que escandalosos al sistema financiero.
Es decir, creo que la UE ha decidido que antes de afrontar la crisis de producciòn que tenemos, que la tenemos; vamos a sanear el festín que los bancos y aseguradoras se dieron en estos ùltimos años a costa del laisser faire.
Y los ciudadanos europeos, y en España tambièn, veremos rebajar nuestra capacidad adquisitiva, nuestros derechos laborales, nuestros servicios pùblicos gratuítos, la calidad de los mismos, y la subida de nuestros impuestos. A cambio de dos años, en el mejor de los casos, de austeridad de los Estados miembros de la UE, y de salvaciòn de los estados contables de los miembros de nuesto sistema financiero europeo.
No me gusta este acuerdo, porque es un acuerdo injusto socialmente y nada solidario. Pero tampoco me gusta porque creo que es una receta equivocada para este escenario econòmico que nos harà màs larga y dura la salida de la crisis.