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La España que se nos va.

Hubo un tiempo en este país que construíamos día a día una sociedad más justa y equitativa. Una sociedad más social y cohesionada. Una sociedad más igualitaria y generosa. Hubo un tiempo en el que construimos un sistema educativo gratuito y de calidad, accesible y lleno de iniciativas. Hubo un tiempo en el que se apostó por una sanidad pública intachable, en el que no te preguntaban de dónde venías, sino qué te pasaba. Hubo un tiempo en el que los españoles fuímos generosos y aprobamos las pensiones no contributivas para aquellas personas sin recursos al llegar a la edad de jubilación. Hubo un tiempo de construcción del Estado de Bienestar, en el que no nos paraba nadie.

Ese tiempo, era también un tiempo complicado. Complicado en el mercado laboral, con una patronal radicalizada (casi como ahora) que no estaba dispuesta a  perder sus prebendas. Complicado a nivel financiero, con tipos de financiación para los ciudadanos y los emprendedores caros y difíciles de conseguir. Complicado a nivel social, con un alto índice de desempleo, más de cinco millones de de mujeres por incorporarse al mercado de trabajo, y toda una reconversión industrial por llevar adelante. 

Hubo un tiempo complicado, pero lleno de soñadores y de arquitectos sociales. Lleno de ganas por avanzar, todos juntos, a la vez; y un Gobierno de la nación absolutamente en connivencia con esos ciudadanos, cómplices en la dificultad, y compañeros en la aventura de cambiar España.

Así es como otras generaciones nos encontramos este país, un país moderno y con un alto potencial de desarrollo. Un país que creía en sí mismo, y con amor propio y orgullo de haber salido de una etapa negra y ser pioneros en muchas cosas en pocos años.

Ayer, 11 de julio de 2012, un Presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, hizo público su abandono de responsabilidad por el futuro de nuestro país. Tiró la toalla, decidió no apostar por la construcción de un sueño, por la mejora de un país, afrontando las dificultades todos juntos, pero sabiendo a dónde queremos ir.

Renunció a ello, y nos condenó a la mayor recesión que vayamos a conocer, al descreimiento en nuestras posibilidades, a una sociedad más desigual. Nos condenó al pasado, sin ilusión ni proyecto de país que construir.

Y hoy, siento que estamos diciendo adiós a una España que se nos va. No sé que España vendrá, no sé cuándo podremos volver a reconstruirla entre todos de nuevo. Sé que no será de la mano de quien no creyó en ella, en nosotros, sé que no será de la mano de Mariano Rajoy. Pero también sé que tendremos que apuntalar todos esta obra, que tendremos que ser muchos y muchas los que arrimemos el hombro con generosidad, con ganas y con responsabilidad. No valdrá rechazar a nadie, no valdrá excluir al que no piense como tú, porque del acuerdo, de las visiones distintas, de la incorporación de ideas minoritarias pero buenas, dependerá que volvamos a ser un país cohesionado social, política y económicamente.

Una respuesta a “La España que se nos va.

  1. Creí, creo y creeré en el socialismo como mejor manera de gobernanza para toda la humanidad, pero es el PSOE el que tiene que hacer una profundísima reflexión para vuelva a creer en él. Obra son amores hay que volver a empezar y dejar el lastre que nos ha llevado a este punto

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